Estrenada a finales de 1864, Pan y Toros es una zarzuela grande -en tres actos- que pinta a modo de tapiz goyesco el Madrid de finales del siglo XVIII, aprovechando una intriga entre conservadores y liberales en la que se delata la presencia decisiva de Manuel Godoy como verdadero regente de los designios de la España de Carlos IV. En Pan y Toros el destino de una nación también juega sus azarosas cartas en una partida donde Barbieri trata la intrusión extranjera en los designios de España con su habitual maestría y brillantez musical.